Fu manchú

El mago FU – MANCHU desciende de una de las familias de magos más reconocidas en la historia como lo es la dinastía de los BLAMBERG, originarios de Holanda, quienes durante siete generaciones tuvieron reconocimientos como grandes magos siendo súbditos preferidos en las cortes de reyes durante varios siglos.

 

Mago Fumanchú Historia y biografía

 

mago-fu-manchuEl primero de ellos, Jasper, a principios del siglo XVIII era alquimista y reconocido como brujo con supuestas facultades para materializar personas fallecidas. Fue sucedido por su hijo Eliaser mejor conocido en su tiempo como Le Diable Boiteux (El Diablo Cojo) con una pierna de madera por amputación del miembro a consecuencia de una fractura que sufrió y que tuvo mucha fama en su tiempo con la Magia de Manipulación de Objetos (dados, cartas, monedas, etc), y siendo contemporáneo de otros grandes magos como el Conde de Cagliostro (Joseph Balsamo), el Conde de Crisy, Katerfeldo, Conus y muchos otros. Durante sus 76 años de vida formó a su hijo David Leendert quien más adelante fue su digno sucesor al convertirse en un experto en el arte de la Magia de Manipulación y ser nombrado Mago de la Corte en 1834 hasta su muerte a los 83 años. De los cuatro hijos que David Leendert tuvo, se destacó como mago el mayor, Tobías, por ser uno de los hombres más educados de su tiempo, tener un excelente dominio de cuatro idiomas (francés, alemán, inglés y holandés), ser un experto igual que su padre de la Magia de Manipulación de Objetos y poseer un agudo sentido del humor; por lo que fue también investido como Mago de la Corte para el entretenimiento de la realeza, hasta su muerte a los 58 años edad. Su único hijo, David Tobías , a los 23 años ya se había convertido en Mago Real de la Corte Holandesa por su demostraciones de gran habilidad para la magia, en cuyos actos siempre era asistido por su hijo mayor Theo (Okito), con quien hizo en 1907 una larga gira por el sudeste asiático. Okito fue en su momento muy reconocido por sus dotes de realización de actos mágicos, habiendo impresionado muy favorablemente al rey William III de Inglaterra. Okito tuvo varios hijos pero fue el mayor de ellos bautizado con el mismo nombre de su abuelo DAVID TOBIAS BAMBERG (familiarmente: David Tobías II), quien pasaría a la posteridad a ser conocido con el nombre de FU- MANCHU.

 

David Tobías “Theodore” Bamberg nació en la ciudad de Derby en Inglaterra en los albores del siglo XX, el 19 de Febrero de 1904. Durante un año tuvo que quedarse con su abuelo Papa Bamberg, mientras su padre cumplía con contratos que había contraído en Rusia; luego de lo cual, a los cuatro años de edad, viajó con su familia a los Estados Unidos de América, residenciándose en la ciudad de Nueva York.

En su vivienda, su padre tenía un taller en los que consumía horas y horas en ensayos de actos de magia y, a pesar de que tenía prohibido incursionar dentro del taller donde su padre realizaba sus trucos, su obligación como el niño travieso que era le hacía desobedecer ese mandato y siempre se las arreglaba para infiltrarse en el taller ya que estaba decidido y definido por su genética y su voluntad, a  ser mago también. Su persistencia hizo que poco a poco Okito le fuera encomendado labores y le permitiera trabajar juntos el ensayo de los trucos.

Y fue con apenas cinco años de edad que realizó su primer acto de magia en público, en la Sociedad Estadounidense de Magos, oportunidad en la cual al tener necesidad de un asistente para realizar el acto, recibió la colaboración nada más y nada menos del gran Harry Houdini, presidente de esa sociedad; circunstancia que siempre refería como el honor que tuvo de ser asistido por el más grande y famoso mago del momento.

Cumplidos los trece años de edad trabaja en un espectáculo con psíquicos (el telepático Julius Zancing y su esposa Agnes) para lo cual adopta el seudónimo de Syko, el psíquico, con lo cual podía encajar con la temática de los shows. En una de sus presentaciones conoce a una espectadora Hilda Seagle, con quien contrae nupcias en 1923 y más tarde tiene un hijo con ella.

Se va a Inglaterra a continuar estudios de magia profesional y realiza una gira por Europa en compañía de su padre luego de lo cual regresa a Nueva York con solo 40 dólares en el bolsillo, hasta que un agente de contrataciones llamado Finnegan le ofreció un contrato para actuaciones realizando rutinas como ombromano o realizador de figuras con la sombra proyectadas por las manos (sombras chinescas), las cuales aprendió a realizar durante su estadía en Europa. Continuó su carrera con altibajos y de regreso a Europa conoció al ilusionista Gran Raymond quien le propuso que fuera su asistente para una gira por Suramérica. Concluida la gira de Raymond, DAVID BAMBERG tomo la decisión de quedarse junto con su esposa en Argentina para independizarse.

Lo primero que hizo fue montar un espectáculo de sombras chinescas, pero la aceptación del público fue muy escasa dado que ya empezaba a entrar en escena el cine sonoro y la proyección de sombras ya no asombraba ni captaba la atención de nadie; hasta que un promotor, Walter Gaulke, acordó con él la realización de un espectáculo de magia similar al que el ilusionista Dante había estado presentado por esos días en la ciudad de Buenos Aires.

Contando con ese respaldo, a partir de allí la suerte de DAVID BAMBERG comenzó a sonreírle y de un día a otro, el mago inglés se hizo una gran celebridad en Buenos Aires, siendo su espectáculo un éxito desde el principio. Debutó el 1° de Marzo de 1929 en el Teatro San Martin de la calle Esmeralda y Sarmientos de Buenos Aires. Abandonó el nombre anterior y decidió adoptar el seudónimo de FU MANCHU, igual al de su héroe favorito durante su infancia, creado por el novelista inglés Sah Romer.

 

¿Qué le hacía especial a Fu manchú?

 

La dosis de humor que le introdujo en la realización de los trucos, sin abandonar las sombras chinescas, fueron claves para el éxito que comenzó a disfrutar en las presentaciones que hacía en cines y teatros de la capital bonaerense, las cuales extendió a las ciudades del interior de Argentina en donde se anunciaba como “el famoso mandarín chino de los templos de los lamas del Tibet”.

Su sólida puesta en escena, sus shows llenos de humor e ilusiones, la participación de muchos colaboradores de ambos sexos, acróbatas, cómicos, magos, grandes aparatos, magia clásica, lujo espléndido, música apropiada, diálogos desarrollados con gracia y fino humor, las infaltables sombras chinescas y en especial el desarrollo del sketch “El Bazar de magia”, lo catapultaron a la fama en todo el país y el mundo, lo que le dio pie para emprender una gira por los países cercanos a Argentina y luego por Europa y América Central, y más tarde ingresar con su magia a los Estados Unidos.

En el año 1935 llega a España y estuvo recorriendo el país con gran éxito. “El más grande espectáculo de magia jamás visto en España”, titulaban los periódicos de la época. Comenzó en el Teatro Apolo de la ciudad de Barcelona hasta llegar al Teatro “La Zarzuela” de la ciudad de Madrid.  Hablaba con fluidez inglés, alemán, francés y castellano, lo que le permitió continuar su gira por otros países de Europa y Africa.

Luego en 1937 llega a México donde se convierte en uno de los personajes más famosos del país; participando en los años 40, en seis películas con un buen éxito taquillero las primeras de ellas, realizando juegos de magia; esas películas tenían títulos tan enigmáticos como “El As negro”, “La Mujer sin cabeza”, “El espectro de las Novias”. Pero el fracaso comercial en las últimas filmaciones hechas, lo obligó a cancelar permanentemente su incursión por el mundo de la cinematografía.

En los Estados Unidos se encontró con el problema legal de que estaba usurpando el nombre del villano japonés de la novela de Sah Romer por lo que para evitar una demanda tuvo que utilizar el seudónimo de Fu Chan cuando actuó en el Teatro Cervantes de Nueva York.

 

A los 62 años, en el año 1964, se retira de los escenarios y continuó viviendo en Buenos Aires, su ciudad adoptiva, dedicándose a la enseñanza de la magia en un local donde se reunían magos argentinos y extranjeros que venían desde sus lugares de origen solo a conocerlo y recibir sus enseñanzas. Hasta el 19 de Agosto de 1974 en que la muerte lo sorprendió, siendo considerado por el Círculo Mágico Argentino como “el mago más completo de todos los tiempos”.

Con su muerte también se dio fin a la dinastía de magos de los Bamberg.